En moda no hay reglas, pero sí una serie de pautas con las que responder a la pregunta "¿qué me pongo?" se vuelve mucho más sencillo. Grábate a fuego este decálogo de cosas a evitar si quieres marcar la diferencia en cuestión de estilo:
1. Te vistes para los demás: esto podríamos llamarlo error de 1º de estilo. Elige siempre lo que te guste y te siente bien, no lo que queda más bonito en una foto de Instagram. Es más, los "likes" se multiplicarán con algo con lo que realmente te sientas cómoda y favorecida.
2. Mezclas todas las tendencias en un mismo look: no hace falta que te pongas un mismo día la chaqueta de flecos, la falda de ante, el pañuelo al cuello y las sandalias romanas para demostrar que vas a la última. Evita vestir como en una editorial de revista si no quieres causar el efecto contrario. Las tendencias están para seguirlas... pero con moderación.
3. No aciertas con tu talla: parece una evidencia pero es uno de los errores más frecuentes. Lo importante es que encaje con la forma de tu cuerpo y con tu estilo sin importar el número que figura en la etiqueta. A pesar de las múltiples protestas que se han llevado a cabo por parte de diferentes asociaciones y particulares, la unificación del tallaje no ha llegado a las tiendas, y puedes encontrarte con que necesites una S en prendas de una firma y una L en otra.
4. Reservas tus mejores prendas para "una ocasión especial": esperas al mejor momento (aunque ese nunca llegue) y tu única preocupación es no repetir, por eso terminas por tirar de clásicos y nunca te pones tus piezas favoritas del armario. Cada día puede ser especial así que, ¿por qué no apostar por ir siempre perfecta?
5. Prefieres cantidad a calidad: es el eterno debate. Aunque trates de autoengañarte pensando que no se diferencia un bolso de piel de uno de plástico, no te equivoques, se distinguen a kilómetros. Es preferible ahorrar y hacerte con uno que no vayas a quitarte a ir cambiando de modelo cada día.
6. Tu armario es un caos: además de las prendas que guardas para momentos especiales mencionadas en el punto 4, tu armario se divide en un gran porcentaje de "por si acasos", y otro tanto de "¿en qué momento decidí comprarme esto?". Si a esto le sumas que no sigues ningún orden a la hora de organizar tejidos o colores, decidir qué ponerte cada día se complica y puede llevarte al error de acabar llevando siempre lo mismo por no ser capaz de ver lo que guardas al fondo.
7. Llevas todo conjuntado: hubo un tiempo en el que llevar el mismo tono de la paleta cromática en bolso, zapatos y hasta ropa interior era imprescindible. Pero como todo en la moda, las tornas cambian, y ahora es la mezcla la que triunfa. En el nivel de riesgo que sigas está el clave.
8. No prestas atención a los complementos: no es suficiente con elegir un vestido bonito, los accesorios son capaces de tirar por tierra todo un estilismo si no escoges los adecuados. La elección de los zapatos debe ser prioritaria, sin olvidarnos de los collares, pendientes o anillos que deben encajar con la tónica de las prendas escogidas y el momento del día en el que vas a lucirlos. Ante la duda, recuerda la máxima: menos siempre es más.
9. Te olvidas del peinado y el maquillaje: si antes hablábamos de la importancia de los accesorios, no menos trascendente son los detalles 'beauty'. El look engloba un todo e ir sin peinar, mal maquillada o con las uñas desconchadas son motivos suficientes para suspender en estilo.
10. No eliges la ocasión adecuada: todos sabemos que ni los vestidos blancos son para ir de invitada a una boda, ni los zapatos de tacón son para ir al campo. Y es que, aunque la democratización de la moda ha hecho que las zapatillas de deporte no se vean solamente en los gimnasios ni las lentejuelas sean exclusivas para la noche, no hay que olvidarse de tener en cuenta el momento y el lugar a la hora de vestirse.
fuente: http://www.mujerhoy.com/